Enrique Pinti falleció en el Día Internacional del Teatro. Casi como una acertada casualidad: quien dio toda su vida sobre los escenarios parte un dia tan especial como hoy.
Con Enrique se van millones de anécdotas, su presencia imborrable en Edelweiss luego de las funciones y la tertulia hasta la madrugada. Un conocedor del cine, especialmente el italiano, un hombre que durante años sólo viajó a España y EEUU donde tenía amigos y aprovechaba para ver teatro también.
Abarcó desde el Off hasta el teatro Comercial pasando por el Oficial como cuando hizo "El burgués Gentilhombre" en el San Martin, desde los monólogos hasta los musicales como con "Haispray", "Los Productores" y "Vale Todo".
"Salsa Criolla" fue su sello personal con más de 3000 presentaciones en 9 años. El propio dueño de sala y amigo personal de Enrique, Carlos Rottemberg confesaba tiempo atrás: "Yo decía a los taxistas que me llevaran al teatro de Pinti aunque la escritura la tenía yo" dando cuenta del fenómeno epocal del espectáculo más irreverente y exitoso de la esos años.
El primer sketch de "SALSA CRIOLLA" era el de Isabel la Católica, una reina bruta y desprejuiciada desesperada por dinero. Llega Colón y ante las explicaciones de su travesía ella le dice: "Váyase usted a la mierda con las explicaciones, ¿dónde está la plata?’". Luego el sketch de la bicicleta donde aceleraba o ralentaba el ritmo de su relato según la velocidad que imponía a sus pedales. Más adelante el tema que es un himno de aquello que nuestra sociedad nunca perdió: el amor a sus artistas.
Enrique fue el Artista cercano, el ídolo sin púlpito, el maradona de la palabra directa y sin rodeo en una sociedad de mucho verso. Sin vueltas decía lo que pensaba, era consultado como una mirada lúcida entre tanta borrasca, un auditor fiel a si mismo de los tiempos políticos que pasó nuestro país. Se lo va a extrañar mucho...