“Soy lo que queda de mí después de que me hayan pasado 10 aplanadoras por encima”, dijo Eduardo Feinmann hoy en su regreso a su programa de Radio Rivadavia.
El periodista que estuvo internado una semana en el Sanatorio Otamendi y que luego tuvo que recuperarse físicamente por lo debilitado que lo dejó el COvid-19 dijo: “Mirá que tuve muchas enfermedades. De chico me las pescaba todas: paperas, hepatitis, todo bicho que volaba. Pero nunca pasé una situación similar. Nunca en mi vida”.
Y describió claramente: “Es una enfermedad tremendamente inhumana. Un día te resulta que te internan, te tiran en una cama y ahí quedás. No podes ver a nadie. No le ves la cara a los médicos, a las enfermeras. No le conozco la cara a nadie. Solo los ojos” dijo.
Además reiteró el concepto: “es una enfermedad que no tiene cura” y en su experiencia detallo: “Los médicos te dicen 'vamos a ver cómo evolucionás. Hoy te hago una placa radiográfica y veo tus pulmones y mañana te hago otra. Y esperemos que no avance’",.
Feinmann agregó en su relato: “Todos los días me pinchaban, me volvían loco. Me sacaban sangre, me lo ponían... Tremendo”. En el devenir de los días de internación preguntó: “¿Y por qué el coagulante?”, le consultó Feinmann a su médico: “Para que no se forme un coagulo y se vaya al cerebro o al corazón”, respondió el médico. a lo que el periodista reflexionó: “Y la cabeza te corre”.
