Como un trueno, un tiro detuvo el pulso social hace 20 años. Había muerto el "médico del pueblo". El cardiólogo estrella, multipremiado y creador del "bypass" decidía poner fin a su vida abrumado por las deudas de su fundación a la que le reclamaban "retornos" (coimas) del PAMI para pagar su deuda.
Creada en 1970, su fundación se basaba en 10 mandamientos éticos que como el doctor eran inquebrantables. Dejó cartas, una pareja con quien se iba a casar en días, una fundación llena de profesionales que lo adoraban y reconocían y un duelo comunitario que aún pesa.
Simbólico y Rotundo. Su decisión fue pegarse un tiro en el corazón, el mismo órgano que había cuidado, resguardado y recuperado en miles de pacientes gracias a su ciencia.
Su mirada era la "Medicina Social", detractor de la creación de más métodos diagnósticos de alto costo para el segmento más rico de la sociedad, recalcaba que era más importante popularizar los 3 métodos más conocidos a nivel cardíaco en toda la población.
“El desastre social de Latinoamérica está en todos lados. A mí me duele porque hay una clase que lo tiene todo y el resto ahí abajo, desprotegidos. En la educación está la salida, ¿cómo puede haber democracia sin educación? El hombre, cuanto más libre y educado, más democrático” dijo en una memorable entrevista.
El médico del Pueblo, el que recorría los ranchos explicándo a las madres como hervir la leche y no meterle harina sino arroz o avena para alimentar a los pibes, el que les decía como llevarlos al consultorio cuando estaban con diarrea por las malas aguas del lugar o las pestes del verano, el que encontraba en el reflejo de los ojos de los otros el futuro conjunto, el destino de un país...
Favaloro con su partida dejó su corazón latiendo más fuerte, su recuerdo como emblema y su mensaje revela la deuda social que nunca fue saldada en nuestro país...
